La verdad es que no; ya me ha aplicado el castigo tantas veces, y con eso de que soy un ente taaaan social (sarcasmo, naturalmente), que ni me duele, y ni lo siento. Sólo me limito a decir "ah, sí", logrando enojarlo un poco más, tan mala yo. Probablemente me importe menos porque este fin de semestre implica (aparte de las tan ansiadas materias clínicas) entre varias cosas, que literalmente estoy a 2 años y medio de abandonar el nido familiar e irme y largarme a otro estado de la República por un año, y luego a otro lado más por otro año más, si todo sale bien. De ahí en adelante, espero me espere la independencia y un techo propio (o compartido, como cierta persona -cuyo nombre es muy obvio para decirlo- y yo planeamos alguna vez), pues es secreto a voces que a mi me coquetean en demasía ese tipo de ideas, y que generalmente me gusta más no estar en mi casa a estarlo. Además, no hay que olvidar que soy muy muy muy valemadrista en muchas cosas para/con respecto a mi familia, como un escudo que a veces es real, a veces no, y me ayuda a defenderme y no sentirme muy chinche en algunas situaciones (cuando realmente no me importa de verdad, lo que ocurre gran parte del tiempo).
Así que, no lloren por mi y no se preocupen que estaré de maravilla en mi casa leyendo, engordando y alejada de mis enclenques relaciones sociales, como generalmente pasa cada periodo vacacional.
¿Perdurará el enojo/valemadrismo en estas fechas decembrinas donde supuestamente se respira amor y paz y armonía? Pues quien sabe, la verdad me da igual.
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