domingo, abril 28

Los Hornos de Hitler.

Desde la secundaria había escuchado sobre este libro, pero me daba un poco de morbo leerlo por eso de que decían de que era muy fuerte, y se quedó entonces relegado entre aquellos libros pendientes a leer algún día, cosa que paso hasta ahora, cuando decidí darme un descanso de tanta leída de Cro-Magnones y Neanderthales y supe de una exposición en México sobre la maldad, haciendo referencia a varias mujeres que habían participado en los campos de Concentración (como Irma Grese), y de ahí fue que me puse a leer.
Me conmovió la historia de Olga Lengyel y todas sus pérdidas, siendo impactante todas las crueldades que se cometían hacia los judíos, desde que llegaban, lo que comían, lo que vestían y cada una de sus acciones de algo que remotamente se podía llamar vida, todo eso en medio del miedo (¿ esperanza fatídica?) de ser seleccionado para un baño mortal, o tener la muerte presente a cada momento a causa del más mínimo acto.
Y las imágenes se quedan cortas...

martes, abril 16

Los Cazadores de Mamuts.

Me gustó toda la descripción de la sociedad Mamutoi (que a veces me parecía estaban muy organizados y con un sistema impresionante), y sus costumbres y convivencia y armonía con la Naturaleza y religión, fue de lo mejor del libro, ya que el argumento de los personajes principales fue un poco hueco y confuso, y  veces infantil; pero con todo y todo llegué a detestar a Ranec, haha. Ahora, a ver que resulta en el largo camino a casa...
"Jondalar y Ayla como 2 adolescentes", como título alterno de este libro.

lunes, abril 8

El Valle de los Caballos.

Muy buena continuación, escrita de manera que incluso podrían leerse los libros por separado y no habría ningún problema, puesto que constantemente ponen explicaciones sobre la vida y orígenes de Ayla. Es emocionante ir leyendo de manera separado las vidas de ella y Jondalar (y los que les va pasando en el mismo periodo de tiempo), y cómo al final se cruzan para ya no separarse, awww. Y después, para mantener el suspenso, el encontrarse con los Otros, pero eso, hasta ya el mero final.
¡Jondalar, oh Doni!