martes, enero 1

El Hobbit.

Otra vez primero vi la película y después leí el libro, el cual debo de decir no me llamaba la atención, hasta que estuve más de 2 horas en el cine embelesada con las aventuras de Bilbo y la Compañía de los 13. Al saber que había una continuación me puse a buscar el libro, y así estuve leyendo a ratitos en los que podía o no tenía sueño, y por fin hoy pude terminarlo. Y me gustó, me gustó bastante (como para poder releerlo más adelante). ya tenía rato que no recordaba el estilo de escritura de J.R.R. y como se disfruta con la riqueza de sus paisajes y todo el significado e historias con historia de sus personajes, un verdadero deleite.
Mientras, ¡ya quiero que salga la segunda parte! ¡O ponerme a leer más libros de Tolkien!

Cirugía General.

La tercera rotación del Internado y la que más me ha gustado, hasta ahora. En verdad no pensé que me fuera a llamar tanto la atención (sobre todo cuando dieron su plática en el curso de inducción, tan serios y estrictos se veían), y me aterrorizaba ver un piso lleno de 60 camas (viniendo de servicios pequeños como Ginecología y Pediatría), con miles de curaciones y pendientes, y aparte el quirófano. Pero ya una semana después estaba adaptada, y los residentes nos ayudaron demasiado para ello, junto con mis MIP2. Lo únimo malo es que durante la rotación hubieron muchos cambios administrativos con los médicos de base, y no hubo una buena organización para las clases, así que no se pudo ver gran cosa (fui la única en dar una clase de todos mis compañeros internos), pero aún así aprendí mucho, y me enamoré de quirófano (y platónicamente de uno de mis R3, jijiji). Tuve 4 rotaciones; Neurocirugía/Oftalmología/Otorrinolaringología (todas una misma, la primera me hizo decepcionarme mucho -con un adscrito pésimo y rabo verde, jum-), Angiología, Cirugía General (3 semanas de entrar casi diario a quirófano, ¡fui tan feliz! y mi rotación con mis internos favoritos, sacando rápido el trabajo, curaciones e incluso notas de los residentes) y Traumatología y Ortopedia (le perdí todo el respeto a los ortopedistas, y luego en compañia de una pésima interna, menos mal solo duró una semana), y se me fueron como agua. Mis residentes fueron buenos (la gran mayoría) y me enseñaron muchas cosas, y supongo les caí bien, tanto que al final no querían que me fuera, y hasta me pusieron a pensar en alguna especialidad quirúrgica, aunque siento que me limita mucho mi nulo conocimiento de la anatomía, mi dominancia zurda y mi miedo a las várices. Espero volver en un par de meses como guardia de apoyo, y tal vez en un par de días, pero como interconsultante de Medicina Interna (terror).
3/6

Pediatría.

Mi segunda rotación del Internado. Desde que era estudiante de Medicina (¡hace un año!) la esperaba con ansias, tanto que me habían gustado mis clases de Pediatría en octavo semestre y tan bien que me caen los niños (y tanta la paciencia que a veces llego a tener), pero desde un inicio se me quitaron las ganitas al conocer a la titular, ceñuda, estricta y viéndome con ojos serios a la vez que decía "para el servicio de Pediatría tiene que ir siempre con playera/camisa blanca, ¿entiende doctora?"
Pensé que solo sería una mala impresión, pero no estuve tan errada. Desde el primer día, muchas imposiciones, siendo considerados como mandaderos y haciendo notas; sé que pude haber aprendido más, pero me faltó un poco de disposición y otro tanto de contacto con mis R1, las cuales además de ser mujeres (equivalente a estrógeno, equivalente a potenciador de chismes, equivalente a que todo el mundo se enteraba de todo lo que hacías justo al momento), sentían que todo lo sabían (cuando bien podía ser todo lo contrario, aunque he de decir que la R1 de mis guardias sabía bastante y era muy ordenada, aunque en el fondo ella no quería ser pediatra). Simplemente el ambiente no se me dio, y yo o sentía que encajara del todo, y me gustaría pensar que fue por el lugar y no fui yo, a pesar de que leía, hacía mis casos clínicos lo mejor que podía y empecé a consumir metilfenidato (!) para no quedarme dormida en clases y que se me regañara duramente por ello, simplemente no me sentía en mi lugar. Solamente fui feliz en las consultas de Neuropediatría (a pesar de cabecear), donde me enamoré del amplio mundo de la Epilepsia y demás temas de aquella subespecialidad, y en Tococirugía, reanimando recién nacidos a todas horas. De lo demás no, incluso me alegré de haber tenido vacaciones en esa rotación.Y mientras, mi vocación de Pediatra fue sacudida, tal vez el destino la ponga en su lugar (aja).
2/6

Queridísimos (y famosísimos) Richard, Amerikita, Jenny y Chulim:

Yo sé que lo más seguro es que jamás vayan a leer esto, y que ya me vieron con los ojitos rojos diciéndoles "no se vayaaan", pero es más que un hecho que ayer se me gastaron, y yo me moría de ganas de verlos en su ceremonia de despedida/entrega de carta de liberación del Internado (u hoja en blanco, cual fuera el caso y el interno), pero la desgracias de rotar en Ortopedia, tener programada una cirugía en la tarde y entrar a operar con el traumatólogo más odioso de todos no me permitieron echarles porras el modo que deseaba. Aún así, pude abrazarlos por última vez poco antes de entrar a poner placas y clavos (puaj), y les lloré un poquito, como tanto había amenazado días antes.
Pues bien, no conocí solamente a mis MIP2, sino también a muy buenas personas, cada uno con personalidades, ideas y pensamientos diferentes, pero al final con cosas muy buenas y bonitas en su interior para aprenderles. Admito que, al inicio pensé que a varios (la mayoría) no les iba a caer muy bien, o simplemente no ibamos a congeniar, pero los días fueron pasando, y todos fuimos teniendo cosas en común (además del servicio y los pacientes, ja) y nos fuimos acercando y llevando. A todos los pude conocer en diferentes momentos, ya fuera en las guardias, en las rotaciones, en las entregas o simplemente al momento de bajar al comedor. Y me sentía feliz y a gusto, muy bien cuidada y guiada. Ahora ustedes siguen un pasito más adelante (¡Servicio Social!) y a mi me falta otro empujoncito más (que a veces quisiera ya se terminara, viendo lo emocionada que estaba yo de verlos al fin decirle adiós a tantas guardias y demás molestias del Infernado), y me toca volverme lo que ustedes en su momento fueron para mi (con los nuevos internos), aunque no creo me vaya a salir tan bien, todavía no me siento lista, estos 6 meses que han pasado sólo me hacen ver todo lo largo (y ancho) y sinuoso que es este camino del Médico, pero con ustedes, se me hizo un poco más leve. En verdad gracias por todo, se les va a extrañar y a recordar con cariño.
Y como dijo Richard, me encantaría seguir esta amistad con todos :)!

Del 2012 al 2013.

Sólo fue un segundo (cliché), donde jamás me imaginé que iba a terminar/empezar el año como lo hice (aunque tal vez lo sospechaba 365 días atrás), pero se dio. Y no solamente fue el paso más hacia otro año, hubo otro parteaguas, mejor conocido como "¡feliz segunda mitad del Internado Médico de Pregrado, ahora ya eres oficialmente MIP2!". Y mientras, en esa mensa transición (porque he aprendido, que no necesariamente ese insulso cambio de rango hace que seas ni más/menos), yo me encontraba a varios kilómetros del hospital (fuga de la guardia permitida por mi R1 de Cirugía), en casa de uno de mis mejores amigos de Cancún, alzando mi vasito de plástico lleno de uvas, brindando y celebrando con gente que no había visto jamás, y pasando mi primer Año Nuevo al lado del hombre de mis sueños, Lennon <3 p="p">Y así, se fue el 2012. Y debo decir que me dejó muchísimo más de lo que me esperaba, sobre todo en estos últimos 6 meses. Me pasaron muchas cosas, tanto buenas como malas, y puedo afirmar, que hubieron muchos movimientos catastróficos (para bien y para mal) a mi alrededor, que no me imaginaba que pasarían y que lentamente se fueron dando, y otros más que esperaba con todo mi corazón que ocurrieran, y que también lentamente se fueron dando. Me llevé mucho de ese año, y es sólo hasta ahora que me doy cuenta todo lo que aprendí de él, y espero, que este que siga sea igual, y me siga dando más sorpresas a lo largo del camino, aunque al final ya los días me cayeran sorpresivamente, estando tan anonadada en el ciclo preguardia-guardia-postguardia, al final se acabó y me quedé con los recuerdos. Pero en fin, mañana será un  nuevo día (¡y una nueva rotación, Medicina Interna -el terror-, y nuevos compañeros MIPs!), un nuevo año y una nueva yo (o algo).
MIPchelle2, buajajaja.