Desde la secundaria había escuchado sobre este libro, pero me daba un poco de morbo leerlo por eso de que decían de que era muy fuerte, y se quedó entonces relegado entre aquellos libros pendientes a leer algún día, cosa que paso hasta ahora, cuando decidí darme un descanso de tanta leída de Cro-Magnones y Neanderthales y supe de una exposición en México sobre la maldad, haciendo referencia a varias mujeres que habían participado en los campos de Concentración (como Irma Grese), y de ahí fue que me puse a leer.
Me conmovió la historia de Olga Lengyel y todas sus pérdidas, siendo impactante todas las crueldades que se cometían hacia los judíos, desde que llegaban, lo que comían, lo que vestían y cada una de sus acciones de algo que remotamente se podía llamar vida, todo eso en medio del miedo (¿ esperanza fatídica?) de ser seleccionado para un baño mortal, o tener la muerte presente a cada momento a causa del más mínimo acto.
Y las imágenes se quedan cortas...
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