lunes, diciembre 28

"¡Es Patito, es Patito, es Patito!"

Supongo que ya saben a qué personaje de qué telenovela me refiero, tan popular y conocido que es. Lo que no, es que, de acuerdo a mi hermana y a Marina, del 1 al 10, tengo un parecido a 9 con ella. Por supuesto, con los lentes, el cabello trenzado y algún broche grandote colgado a un lado de la cabeza, que justo es como he estado arreglada el día de hoy, inconscientemente por influencia de ese personaje, lo admito.
No fue mi intención, todo empezó por la vez que me compré un gorro negro parecido igualito al que Patito usa en estas épocas navideñas, y la vez que me lo puse, junto con mi fleco y mis lentes (noticia vieja y trágica: perdí uno de mis lentes de contacto y entonces debo estar con mis lentes cuadrados y viejos hasta comprar el lente faltante a un precio accesible a mi presupuesto) mi familia no dudo en decir: "¡Te pareces a Patito!". Incluso cuando le conté a Lennon me dijo que sí, efectivamente me parecía a ella. Tomé el parecido de la mejor manera, pensando que sólo salía a flote cada que me ponía el dichoso gorrito, pero al parecer no fue así.
¿Y porqué llegué a tan maravillosa conclusión? Pues porque decidí trenzarme mi cabello, y ponerme una diadema (de esas que tienen muchas plumas en un lado), y junto con los lentes y mi cara mensa, pues sobra decir que mi padre y mi hermana y Marina creyeron que me había disfrazado de Patito. A mi no me importó mucho, siendo bastante cierto el parecido. Todo iba bien hasta que me tocó salir a la calle. Ahí si mejor me hubiera regresado a mi casa con mi wannabe costume. Me tocó encontrarme en el banco con una niñita de 4 años fanS de la telenovela (con todo y playerita de los personajes puesta), que nada más me vio entrar al edificio y empezó a gritar la frase que le da título a este post.
Ay, trágame tierra.
Me puse de todos los tonos de rojo posibles mientras mi hermana se doblaba de la risa ante semejante escena: la niña con los ojos llenos de ilusión de ver a su personaje favorito de la televisión y yo terriblemente avergonzada de la situación. Afortunadamente, la madre de la niña terminó rápido sus asuntos y se fueron, no sin antes sentir dos pares pequeños de ojos clavados en la espalda.
Pensé que hasta ahí terminaría el asunto de que me gritaran "¡Patito!", aún teniendo en cuenta que iba a ir a ver a mi papá a la clínica, potencialmente llena de niños chillones y de niños que ven la telenovela esa, pero para mi buena estrella no fue así. Tal vez me vieron y pensaron lo mismo que mi familia, pero no hubo ningún comentario indiscreto o similar.
Nada más me tocó encontrarme a la niñita fanS.
De nuevo.
Y de nuevo, abrió sus ojos al máximo en cuanto me vio, mientras no dejaba de jalonear a su pobre mamá para que viera a su ídola, a la vez que me saludaba con su carita de ilusión. Y yo, de nuevo poniéndome roja (y deseando que me tragara la tierra).
Conclusión: no volverme a disfrazar/vestir de pseudo-Patito hasta Halloween o algún evento donde pueda sacar mi asombroso parecido sin tener la cara coloreada ni deseos instantáneos de desaparecer.
¿Cuál era la posibilidad de encontrarme una vez más con esa niñita, eh?

No hay comentarios: