Otro de esos libros que leí porque no tenía nada mejor que leer, y que esta vez inicié en una ida a Cuernavaca. Una tía (la misma que me recomendó leer esa saga de libros
de-vampiros-adolescentes-que-brillan-en-la-obscuridad-o-algo-así, y pues, aunque ya sabía que era un librito cursi, le di una oportunidad a Reyes Monforte. Y fue totalmente como lo esperaba, con una protagonista a quien en su momento consideré tonta por todo lo que hacía y dejaba de hacer por enamoramiento; incluso me llegué a enojar con ella por regresarse a Afganistán tras todo lo que había hecho (y gastado) por ella su hermana y otras personas. Aún así, me puse por un momento en sus zapatos y pensé que igual y yo llegaría a hacer muchas cosas como las que María hacía, pero probablemente con otro enfoque, aunque era complicado hacer algo en un país como en el que estaba, y peor aún en su condición de mujer y de extranjera.
Sin embargo, sigo sin recomendarlo mucho, pues no fue mucho de mi agrado. Como que le va más de lectura a una cuarentona romántica y simple (o a alguien como mi tía, que ni es cuarentona, ni romántica, ni simple, jijiji).
Lo que sí es que me quedó la curiosidad de usar una burka.
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