Justo a estas horas (si todo sale bien y programé adecuadamente la opción de Blogger) ha pasado un mes desde mi último cumpleaños. Mismo que es a su vez el primero que paso sin que esté mi familia presente ni yo en mi lugar de origen. Esta vez fue en Cancún, y de guardia, la última de Ginecología. Todo suena bien hasta la parte de Cancún, ¿no? aunque al final si me gustó atender partos y saber que habían muchas más personitas que les tocaba nacer en un día tan bonito como el 2 de Septiembre, y hasta tuve pastel con mucho chocolate, e incluso mi R1 me invitó el desayuno y me abrazó bien fuerte y también dijo que ya me podía dejar totalmente a mi solita antender un parto sin su supervisión. Eso sí, admito que al momento de salir de casa le decía a Lennon egoístamente que no quería compartir con nadie mi día, y ya después no me importo que fuera domingo, y tuviera guardia, y al día siguiente me tocara iniciar con un nuevo servicio (Pediatría), de cero.
Pero eso sí, un día antes me la pasé de maravilla, y fui a Isla Mujeres, y estuve snorkeleando con el amor de mi vida y una muy buena amiga, y comimos mucho, y después fuimos de compras. Y después el lunes, pasado el impacto inicial pediátrico (...), Lennon me volvió a comprar más pastel, y me hizo sentir muy feliz y muy querida, como siempre lo hace.
Todavía no me acostumbro a mi nueva edad, y no la siento mucho, a la mejor porque con tantas guardias y hospital no estaba muy consciente de este cumpleaños hasta que faltaban pocos días (y porque se mezcló tantito con el cambio de servicio), pero ya poco a poquito la voy sintiendo. Ni modo, hay que crecer e ir aumentando los digitos, además de que me queda de consuelo ser de las internas más jovenes (hay algunos de hasta 26 años o_o), creo yo.
Y así, algún día podré decir "los 23 años fueron cruciales en mi carrera como médico, fue a esa edad que realicé mi Internado", o algo.
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