Fue una recomendación dada en una clase que era parte de un programa sobre un Taller contra el Dolor, realmente no recuerdo bien el nombre. Lo que sí fue aquella clase, la que más me interesó, dada por una tanatóloga, sobre la muerte y cómo es afrontada por los pacientes y sus familiares. Su plática fue profunda, con muchas reflexiones interesantes, cautivando toda la atención de los oyentes. Y entre todo lo que mencionó, habló de este libro. Lennon fue el que lo encontró y me lo pasó, y yo tardé en leerlo por cosas de la escuela, pero al final lo leí, y me gustó mucho, aunque a ratos me estrujaba el corazón, pues da una perspectiva nueva y angustiante de como Iván veía que se le iba la vida, y por más que lo evitaba y lo ocultaba, sus días terminaban. Lo que mas me gustó fueron sus diálogos internos, y el doloroso contraste de como él realmente se sentía a como los demás creían que se sentía.
Lo volveré a releer para cuando termine el internado (espero, tanto releerlo como terminar el internado).
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