viernes, abril 24

Llueve sobre-mojado.

Todo empezó cuando Nella me mandó un mensaje mamá-pollesco a mi celular ayer mandándome a enclaustrar a mi casa por todo el reciente escándalo de la influenza (como buenos estudiantes de Medicina, varios de mis amigos tienen nicks del tipo "cuídense todos o se van a morir"), y debo confesar que no le hice caso. Pudo más mi ñoñez e histeria de presentar el importantísimo examen de Metodología de la Investigación y Estadística II (yo sé, es horrible que en dos semestres te den una materia así) que las ganas de dormir, además de mi taller de Alemán (¡Intermedio III! creo que ya puedo más o menos sentirme poderosa, wow) unas 8 horas más tarde, y en medio muchísimo tiempo para seguir yendo -por tercera vez- con Lennon a la ciclopista de Zacatenco para que yo aprenda a andar en bicicleta. Creo que no lo había escrito, pero es uno de mis propósitos para antes de llegar a la veintena, y aunque me enoje y quiera tirar la bicicleta o caerme a propósito para ver si así realmente aprendo, tengo mucha disposición y ganas de romper uno de mis paradigmas, y afortunadamente tengo un hombre muy paciente a mi lado para lograrlo (awww).
El caso es que llegué a la todo-poderosa ESM, y pues no hubo nada de nada. Ni CENLEX ni examen, sólo un Lennon que se vino desde su casa para llevarme a la estación de tren, y darme un cubrebocas para-no-contagiarme. Ja.
Así, que desde hace mucho rato permanezco en mi casa enclaustrada a petición de mi mejor amiga y ociando un poco, con tarea a ratitos. Y esperando a que por favor vuelvan a haber clases el lunes. Detesto no tener clases sin "sentido" alguno (a menos que sean vacaciones, claro está), más que nada por el hecho de que entre más días se pierdan, más días habrá que reponer, y eso no me gusta nada de nada. Además, como he oído en este fatídico día, no estuvo tan bien eso de liberar a tantos niños suspendiendo labores porque todo el mundo lo toma como feriado y todos salen y se supone que se deben envitar los congestionamiendos de humanidad y pues resulta todo lo contrario @_@. Aún así, Lennon y yo concordamos que eran días relativamente tranquilos para pasear por la ciudad, bien mal de la cabeza nosotros.
En fin, habrá que esperar a lo que suceda, cosa emocionante, pues tengo la ¿fortuna? de haber estudiando el virus ese de la Influenza hace unos días, y sé un poco más que la mayoría de la gente promedio, así que me siento un poco sabia en este asunto y sé a que atenerme (aja). Por mientras, en unos días me vacunaré, solo por prevención.
Como sea, me desvié demasiado del título original. Así que, retomo lo del fatídico día, simplemente por el hecho de que se juntaron muchas cosas malas hoy:
No hubieron clases, no hubo CENLEX, no fui a andar en bicicleta.
Mi abuelo materno está grave, no sé que vaya a pasar. Y hasta hoy me enteré y me siento mal-culpable-debí-hablar-antes.
La azagata re-contra-atacó y está peor que nunca. Le trae muchos dolores de cabeza a mi pobre padre.
Otros cuantos problemillas aunados al parrafo anterior, cosas así.
Y gente tonta, gente que me cae mal y me enferma y dan ganas de no salir nunca de la misantropía. Pero son asuntos suyos, no míos.
Ya no puede pasar nada más, así que solo queda ir para arriba. Y evitar contagiarse, lo dice ese lado de estudiante de Medicina que traigo en la piel 24/7.
Eso, y ya.
Y yo que estornudo cada dos por tres, pfff.

No hay comentarios: