domingo, septiembre 13

Vielen Dank.

No recuerdo si fue después de subirme al coche o antes de bajarme de él, pero se notaba que estaba estresada y un poco harta; ya me estaba chocando eso de estar yendo de aquí para allá con encargos de la fiesta. Mi paranoia ya era mucha, y empezaba a ponerme de malas, cosa rara en mi. Tú simplemente te me quedaste viendo desde el asiento del copiloto, y te acercaste a mi. Me diste un beso. No fue corto, pero tampoco buscó ser apasionado. Simplemente buscabas un modo de pedirme que me tranquilizara y hacerme sentir que todo iba a salir bien, sin que yo pudiera rebatir tus argumentos o empezar a quejarme. Y lo conseguiste; el mal humor se me fue, sonreí para mis adentros y te respondí el beso agradecidamente, buscando a mi vez decirte lo mucho que significan para mí esos detalles.
Complementos.

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