De todos los libros que leí este verano de Agatha Christie, fue mi favorito, no sólo por la trama (la cual no me esperaba, y hace que me den ganas de algún día releer el libro para entender bien bien cómo Hércules Poirot descubrió al asesino de Cora), sino por los personajes y como en la familia cada generación era diferente, y tanto los viejos como los jóvenes tenían sus motivos y razones para necesitar y querer el dinero que el muerto les había dejado. Y luego, con la muerte de Cora, resultó aún más interesante como todo el mundo permanecía a la expectativa de ver si había algún otro asesinato y se revelaría quien era el asesino, y si era el mismo. Y fue sorprendente ver como de las dos muertes, una sí resultó natural, y la otra fue toda una relevación, por quién la hizo y cómo fue hecha a sangre fría, al final todo por el afán de tener un salón de té.
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