Normalmente todos los años espero que sean mejores, o no me quejo tanto al hacer un recuento/balance de ellos, pero esta vez fue diferente, y no sé bien porqué. La verdad me la pasé renegando sobre ese año, y en cierto modo lo tengo catalogado como "maldito", más que nada a causa de mi
madrastra mala y todo el daño que le causo a la familia, el cual creo que ya es mínimo, y al final fue más una experiencia para todos y trajo cosas buenas, como el que Marina regresara y ya fuera parte definitiva de nuestras vidas. También hubieron más cosas positivas, aunque fueron chiquitas (como el subir promedio un poquito, jeje), y otras más significativas, especialmente entre Lennon y yo (¡cumplimos 2 años!); incluso decisivas, pues este año que pasó fue el último de materias básicas y ya
ahora sí entro a mis Materias Clínicas (sí, por fin dejo de estar friegue y friegue sobre ese asunto; es más, nadie me verá por aquí tan seguido, ja) y ya no hay vuelta atrás. Inicia el momento que he esperado y para el cual voy a demostrar que tan buena soy (porque sé, que aunque muchas personas sean buenísimas en la teoría, al fina lo que vale es la práctica y el trato con los pacientes, y yo siento que
mala no seré); es más, en un par de días inicio mi Invierno Clínico y podré empezar a prepararme un poquito para el sexto semestre. Creo que por ese motivo más que nada ya deseaba que se acabara el año, para cerrar ciclos e iniciar una nueva etapa, y no lo digo nada más por los ciclos de materias, sino también por la familia y los amigos, de los cuales se fueron unos, pero confío que pronto llegarán otros, y los que se quedaron son los más valiosos y los más importantes.
Por supuesto, hay varias cosas que ir limando en el camino del Médico, algunas más difíciles de remover que otras, (como mis berrinches, mi actitud de "mala perdedora" o mi carácter ligeramente antisocial) y asperezas con la familia (los pleitos que se llegan a generar a causa de mi hermana y su manera de ser) o con los amigos (engaños, traiciones, secretos), pero a su tiempo se irán dando y todo saldrá del modo que tenga que salir.
Es una nueva etapa, es un nuevo inicio.
Año 2010, no sé que tan cabalístico, mágico o místico seas, pero sí que te esperé con ansías aunque no lo supiera del todo, porque en cuanto llegaste hubo un nuevo comienzo e inicia un nuevo ciclo, el cual no terminará hasta dentro de unos cuatro años y medio, seguramente dividido en tres etapas de acuerdo a mis cálculos, pero siendo todo imprevisible, prefiero no levantar tantos castillos en el aire.
No hago propósitos (de nuevo), más los que siempre están ahí (osease, bajar de peso y subir notas, no ser tan valemadrista, cumplir con mis deberes para hacer méritos, no pelear con la familia, ser más atenta y detallista, y un largo e t c é t e r a); sólo sé que no estaría mal empezar a cambiar mis deseos por caprichos, pues me he dado cuenta de que me obsesiono un poco más con estos últimos y los busco obtener y generalmente los consigo, por lo que no está mal intentarlo.
Así que ahí va, el 2010 que ha iniciado con berrinches de los que al final me río y planes y salidas e ilusiones. En lo que sigue, por ahora yo haré cabañuelas y trataré de no estar tan malhumorada. Fin, y bienvenido.
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